miércoles, 4 de noviembre de 2015

Los astrónomos observan la desintegración de una Tierra

El telescopio espacial Kepler descubre un sistema solar en plena destrucción a 570 años luz del nuestro.

Cuando se le pregunta a un astrónomo qué le sucederá a la Tierra cuando el Sol se apague la respuesta es que no se sabe. Por eso es tan importante estudiar el universo en busca de otros sistemas solares que ayuden a entender cómo terminará todo. Un equipo de astrónomos ha observado por primera vez una estrella moribunda del mismo tipo que el Sol que está devorando un planeta similar a la Tierra. Sus observaciones las han hecho con el Telescopio Espacial Kepler, que ha descubierto un gran número de exoplanetas hasta la fecha. 
La mayoría de ellos se ha hallado en torno a estrellas en la plenitud de su vida, como lo está nuestro Sol actualmente. Pero tras una avería mecánica en 2013, el instrumento comenzó a observar otros astros menos brillantes, entre ellos la enana blanca conocida como WD 11451+017, a unos 570 años luz. Este tipo de estrellas ya pasaron su fase de máxima expansión como gigantes rojas, su tamaño se ha reducido hasta ser similar al de la Tierra, pero conservan una enorme densidad que ejerce un potente empuje gravitatorio.

Entre junio y agosto de 2014, el Kepler detectó que el brillo de esta estrella se reducía de forma periódica, lo que normalmente indica la presencia de uno o más planetas orbitando a su alrededor. Pero los cambios de brillo eran débiles, muy frecuentes e irregulares. En marzo y abril de este año, los astrónomos norteamericanos apuntaron a la estrella con varios telescopios terrestres y también detectaron esos cambios lumínicos. En la atmósfera de la estrella detectaron rastros de carbono, hierro, silicio, aluminio y otros elementos pesados que componen los planetas rocosos como la Tierra.
Creemos que estamos ante los restos de un planeta un poco más pequeño que la Tierra y con una masa similar a Ceres [planeta enano]”, explica a Materia Andrew Vanderburg, astrónomo de la Universidad de Harvard y primer firmante del estudio. Calculan que podría haber seis o más fragmentos. Pasan por delante de la estrella más o menos cada cuatro horas, lo que implica que están a más de 800.000 kilómetros de la estrella, algo más que el doble de la distancia entre la Tierra y la Luna.

Los restos se están evaporando y dejan una cola de moléculas a su paso como si fueran cometas. Hasta ahora se habían detectado muchos exoplanetas orbitando estrellas en su juventud o en su fase de gigante roja, algunos devorados literalmente por sus astros, pero esta es la primera vez que algo similar se ve en una enana blanca. Según los cálculos de los astrónomos, a este planeta en descomposición le queda un millón de años de vida.
Por: Nacho Garcia

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